La niña guisante nace como algo muy personal. Hace un par de años, como terapia contra un estrés que iba in crescendo, una aguja, algo de fieltro, hilo y botones me curaron de todo y ahora lo hace la cocina. Lo que salía no eran maravillas, ni tenían técnica ni nada de nada, pero salían de mis manos y eran parte de mí. Sigo igual, sin técnica ni nada, todo hecho siguiendo recetas con intuición y cariño y sin pretensiones ni florituras. En este rinconcito compartiré las cosas que más me gustan y también las que salen de estas manitas.